viernes, 28 de agosto de 2015

Qué hacer cuando los chicos se comen las uñas


La onicofagia (del griego onyx, ‘uña’ y phagein, ‘comer’) es el nombre científico que se le da a esta actividad. El habito de comerse las uñas es una conducta bastante extendida en los niños y en los adolescentes. Suele observarse más en los varones que en las niñas.


  • Los chicos que suelen recurrir a ella son inquietos, vivaces, alegres, charlatanes e inteligentes.
  • Se trata de un trastorno de angustia y ansiedad, es decir una respuesta frente a un estado de tensión psíquica, que puede aparecer alrededor de los tres años o a partir de los seis años.
  • En su aparición temprana es un desplazamiento es decir un reemplazo de la succión digital o del bruxismo (rechinar los dientes).
  • Cuando surge en la edad escolar sus causas obedecen a ansiedades determinadas por el aprendizaje. A menudo acompaña a trastornos de alimentación como: sobrepeso, obesidad, falta de apetito, etc.
  • Una vez establecida puede ser desencadenada por el aburrimiento, el estrés, la inactividad, la frustración, el cansancio o un problema reciente.
  • Generalmente es el reflejo de una situación emocional que esta perturbando al niño. Detrás de la onicofagia subyacen afectos como la culpa, el miedo y la rabia.
  • Aunque en muchos casos perdura hasta la edad adulta, la mayor incidencia de este comportamiento se da en la pubertad por los cambios psíquicos y físicos de esta etapa.
  • El roedor compulsivo de uñas puede comer no sólo ésta sino también la piel del dedo y la cutícula, provocándose heridas dolorosas, que también perjudican el esmalte dental y provocan caries. Morderse las uñas puede facilitar el transporte de gérmenes que se ocultan bajo las uñas o en la cavidad bucal provocando infecciones.

CONSEJOS PARA PADRES

  • Tener en cuenta que se trata de un trastorno de angustia y ansiedad.
 
  • Estar informados sobre los contenidos emocionales de este hábito nocivo.

  • Evitar los castigos ya que se trata de una enfermedad emocional.

  • Evitar cubrir los dedos con guantes o ponerle alguna sustancia desagradable. Consultar al dermatólogo.

  • Contener a los niños y ayudarlos con las medidas de protección para no lastimarse los dedos.

  • Recordar que la onicofagia tiene un significado emocional propio para cada niño.

  • Ayudar a los niños a pensar y discriminar de acuerdo a su edad sobre qué puede estar afectándolos emocionalmente para tener que comerse las uñas.

  • Reconocer y aceptar los pensamientos del niño, sentimientos y reacciones. Déjeles saber que para usted sus preocupaciones son primordiales y adecuadas.

  • Ayudar a los niños a pensar y discriminar de acuerdo a su edad sobre las complicaciones orgánicas de esta practica, lesiones en los dedos, infecciones.

  • Practicar un deporte o actividad física disminuye la onicofagia ya que permite liberar tensiones.

  • Consultar a un especialista en el caso de persistir este hábito negativo.

Lic. Mónica Cruppi, psicóloga, especialista en niños y adolescentes

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