La onicofagia (del griego onyx, ‘uña’ y phagein, ‘comer’) es el nombre científico que se le da a esta actividad. El habito de comerse las uñas es una conducta bastante extendida en los niños y en los adolescentes. Suele observarse más en los varones que en las niñas.
- Los chicos que suelen recurrir a ella son inquietos, vivaces, alegres, charlatanes e inteligentes.
- Se trata de un trastorno de angustia y ansiedad, es decir una respuesta frente a un estado de tensión psíquica, que puede aparecer alrededor de los tres años o a partir de los seis años.
- En su aparición temprana es un desplazamiento es decir un reemplazo de la succión digital o del bruxismo (rechinar los dientes).
- Cuando surge en la edad escolar sus causas obedecen a ansiedades determinadas por el aprendizaje. A menudo acompaña a trastornos de alimentación como: sobrepeso, obesidad, falta de apetito, etc.
- Una vez establecida puede ser desencadenada por el aburrimiento, el estrés, la inactividad, la frustración, el cansancio o un problema reciente.
- Generalmente es el reflejo de una situación emocional que esta perturbando al niño. Detrás de la onicofagia subyacen afectos como la culpa, el miedo y la rabia.
- Aunque en muchos casos perdura hasta la edad adulta, la mayor incidencia de este comportamiento se da en la pubertad por los cambios psíquicos y físicos de esta etapa.
- El roedor compulsivo de uñas puede comer no sólo ésta sino también la piel del dedo y la cutícula, provocándose heridas dolorosas, que también perjudican el esmalte dental y provocan caries. Morderse las uñas puede facilitar el transporte de gérmenes que se ocultan bajo las uñas o en la cavidad bucal provocando infecciones.
CONSEJOS PARA PADRES
- Tener en cuenta que se trata de un trastorno de angustia y ansiedad.
- Estar informados sobre los contenidos emocionales de este hábito nocivo.
- Evitar los castigos ya que se trata de una enfermedad emocional.
- Evitar cubrir los dedos con guantes o ponerle alguna sustancia desagradable. Consultar al dermatólogo.
- Contener a los niños y ayudarlos con las medidas de protección para no lastimarse los dedos.
- Recordar que la onicofagia tiene un significado emocional propio para cada niño.
- Ayudar a los niños a pensar y discriminar de acuerdo a su edad sobre qué puede estar afectándolos emocionalmente para tener que comerse las uñas.
- Reconocer y aceptar los pensamientos del niño, sentimientos y reacciones. Déjeles saber que para usted sus preocupaciones son primordiales y adecuadas.
- Ayudar a los niños a pensar y discriminar de acuerdo a su edad sobre las complicaciones orgánicas de esta practica, lesiones en los dedos, infecciones.
- Practicar un deporte o actividad física disminuye la onicofagia ya que permite liberar tensiones.
- Consultar a un especialista en el caso de persistir este hábito negativo.
Lic.
Mónica Cruppi, psicóloga, especialista en niños y adolescentes
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